sábado, 2 de noviembre de 2013

Patagoniaaaaa!!!!

el dúo dinámico en el PN Lanín
Después de una pampa muyyy larga y algo monótona por fin estamos en la región de Patagonia, tierra de grandes bosques, montañas, hermosos lagos y caudalosos ríos. Suena bien verdad? Pues sí, muy bien, pero hay que tener en cuenta algún que otro detalle: es la tierra de los temibles vientos patagónicos, de fuertes tormentas y de bajas temperaturas, detalles que terminan de hacer sumamente interesante poder recorrerla en bicicleta. 
pista junto al lago huechulafquen
Entramos en la región al cruzar el río Barrancas y esa tarde nos quedamos en un camping en el pueblo del mismo nombre. Allí, fuimos a comprar comida y nos atendió muy amablemente Darío, que junto a su esposa Elma y sus 2 hijos regentan una pequeña tienda de comestibles. Con ellos compartimos un "mate" y una larga charla compartiendo costumbres y anécdotas. Creo que es muy interesante ver como "sienten" al extranjero y como piensan que somos o nos comportamos y viceversa, me parecieron unas horas muy instructivas.
Un poco más tarde llegamos a Junín de los Andes, metido en plena cordillera andina es un pueblo típico de montaña con un gran río y varios parques nacionales a su alrededor. Salimos de él hacia el Parque Nacional Lanín, bordeamos el lago Huechulafquen y nos quedamos a dormir a su vera, teniendo una tarde lluviosa y húmeda que, unida al terreno nada permeable, nos hizo tener que hacer pequeñas zanjas junto a la tienda para que no nos pasara el agua por debajo. No llovió mucho pero el agua caminaba solita por todos lados. Tras una noche regular amaneció un día espectacular que nos hizo disfrutar de las vistas del volcán Lanín así como del lago y los alrededores. 
volcán Lanín de 3771 m
Al llegar de nuevo a Junín de los Andes, nos acomodamos en un camping junto al río e hicimos una ensalada de palta (que rica), tomate, cebolla, pimiento, aceitunas y aceite de oliva (si si, de oliva) y de segundo un asado en una de las parrillas del camping. Un día diez.
Ahora estamos en San Martín de los Andes, una ciudad hiperturística, bonita sobre todo por su lago, el Lácar al borde del que estamos acampados en un camping gestionado por la etnia Mapuche. Mañana comenzamos a recorrer la ruta de los siete lagos que nos llevará a Villa la Angostura y de ahí a San Carlos de Bariloche, donde buscaremos la posibilidad de cruzar un lago en barco para pasar a Chile de nuevo, a Puerto Montt para seguir por la carretera austral, como no, rumbo sur.

jesús con el volcán Lanín al fondo

San Martín de los Andes desde el Lácar






lunes, 28 de octubre de 2013

La Ruta 40


La Ruta 40 es una carretera q atraviesa Argentina de sur a norte, desde Usuahia hasta la frontera con Bolivia, 5300 km, como ir de Tenerife a Madrid y vuelta, y de nuevo a Sevilla, un mundo de km. A tramos asfalto y a tramos ripio, una especie de pista de tierra de pequeñas piedras (a veces no tan pequeñas), todo aquel que gusta de viajar en bici tiene en mente hacer la 40 o una parte de ella en algún momento. Nosotros hicimos la parte más austral en 2009, desde Usuhaia hasta el lago Buenos Aires, ahora vamos a hacer de Mendoza a Bariloche y luego por la carretera austral en Chile hasta las Torres del Paine.



En ella nos encontramos, concretamente en Pareditas, aprovechando el wifi de un camping para escribir un poco mientras hacemos una ensalada de arroz para comer mañana y la cena de hoy, menú: ensalada de tomate, anchoas, palta (aguacate), morrón (pimiento), cebolla, huevo, choclo (millo) y aceitunas. Hoy ha sido un día tranquilo, la ruta recorre el Valle de Uco, preciosos campos sembrados de soja, cebolla o trigo, junto a frutales, viñas y sauces jalonan la ruta, al fondo las majestuosas montañas de los Andes y sus nieves terminan de animar la vista, empequeñeciendonos aún más si cabe y dándonos la impresión de ir más lentos por lo inmenso que es todo "acá".

 Multitud de Halcones nos sobrevuelan mientras buscan presas que llevar a sus nidos. Mañana empezamos un tramo de la ruta 40 sin nada, sin pueblos ni nada, pero estamos contentos porque casi no habrá tráfico y la ruta se acerca a la cordillera de los Andes, con muchos arroyos y seguro que hermosas vistas de las montañas. Aquí la gente es cordial y atenta, y de humor van sobrados, se interesan mucho por nuestro viaje y varias personas se han acercado a recomendarnos la mejor opción para continuar hacia el sur, todos resultaron ser ciclistas como nosotros. Hace unos días mientras estaba tumbado al sol viendo como el viento empujaba las nubes entre las montañas pensaba que es una pena que seamos tan esclavos del tiempo y que no disfrutemos lo suficiente, pero bueno, supongo que cada uno tiene la capacidad de plantarse o seguir. Yo me he plantado por 3 meses, me he plantado en Sudamérica a recorrer un trocito en bici y acabar el viaje caminando por uno de los lugares más bonitos en los que he estado, pero eso será en diciembre. Ahora, la mítica ruta 40 bajo nuestras ruedas, rumbo sur, como no.